miércoles, 2 de abril de 2014

Doble dosis de Lollapalooza

Pasó el último fin de semana de marzo y con él uno de los mejores shows que he visto, gritado y saltado en vivo.
Si en ese momento me hubieran dicho si me tatuaba Arcade Fire en la frente, hubiera respondido que sí.
La emoción me sobraba, iba en un principio por uno de mis favoritos, Phoenix que dentro de todo estuvieron fantásticos, increíbles, con su continuidad y tremendos hits que claramente el 20% de la popular asistencia conocía.
Yo me volví loca, me los había perdido las veces anteriores de puro gil. Esta vez las expectativas no eran menores… Iba preparada, mental y musicalmente. Gritando como una verdadera gruppie, en cualquier momento arrasaba con la multitud y llegaba adelante a decirle a estos franchutes lo mucho que los admiraba, pero me abstuve. Guardé lo poco de compostura que me quedaba y me quedé a unos metros gritando a niveles descomunales las letras de cada una de las canciones del setlist que se mandaron. Pobre del que estaba adelante mío, más de una vez llevó sus dedos a sus oídos sin hacer otro gesto más que una mueca de dolor.
Como dije, iba preparada, incluyendo mis cuerdas vocales.
Si bien no llegué muy adelante, morí y reviví tanto con 'Consolation prizes' como con 'If I ever feel better' y 'Love like a sunset' y con cada una de las elegidas… De que son secos, son los más. Sonaron perfecto, me da lo mismo lo que digan de lo técnico, musicalmente se las ganaron todas el sábado. Me imagino este concierto en un ambiente más cerrado, más íntimo y con los asistentes precisos… ¡Qué ideal! Una banda que está muy lejos de decepcionar a su público con sus presentaciones en vivo. Secos.
Superando este momento avanzamos al día dos.

Al día dos, en donde la verdad me comían los nervios por una que otra situación académico - profesional, obligada a llegar tarde, a perderme el show del Julian Casablancas, que aparentemente recibió muy malas críticas.
Bueno, luego de ver bailar a mi amiga con Vampire Weekend y bajar un poco las revoluciones con la jovencita ganadora del Grammy, sí, la mismísima Lorde, de quién quiero recalcar su increíble trabajo, no así sus técnicas de baile… Pero bueno, debo decir que cada día me cae mejor, más luego de enterarme que rechazó telonear a la aclamada Beyoncé.
Después vino lo realmente bueno, nos preparamos, nos instalamos, como vimos que nadie se entendía mucho en el contexto, avanzamos cada vez más adelante. La verdad es que mi concepto de adelante dista mucho de la primera fila, pero estábamos relativamente cerca del escenario.
Y entonces empezaron. Salió Arcade Fire y se lanzó a la vida con 'Reflektor'. Díos. Fue algo increíble. Me gusta Arcade Fire, pero me da la impresión de que en vivo echan a andar un mecanismo hipnotizante que no me dejó parar de saltar y gritar todas y cada una de sus canciones.
Me acuerdo de la cara del gil que estaba adelante mío, mirando incomprendido y pensando '¿Cómo chucha salta y grita tanto?' Yo tampoco lo sabía.
Enloquecí con mi favorita del último disco 'Afterlife' y ya no daba más cuando empezó 'Ready to start', a mi juicio una de las mejores de la noche. Y sinceramente, no fallaron en ninguna. Más feliz estaba cuando empezaron a terminar con 'Wake up' luego de haberle repetido y gritado toda la noche a mi amiga que sí o sí la tenían que tocar.

Pensé que sería algo momentáneo, que sobreviviría, pero me di cuenta de que la situación era importante, me había superado, había vivido buenos conciertos pero este… este tuvo algo que me mantuvo con la idea de que eran lo mejor de este Lollapalooza 2014. Y que si no volvían sería ilegal.
Considerando la longitud de sus canciones, faltó tiempo para poder asumir más de la esencia de estos secos canadienses. No sé cual es la fórmula, pero fueron un éxito. Un éxito que a pesar de haber visto algo de lejos, no puedo sacar de los flashbacks del fin de semana ni del playlist actual.
Volverse adicto a Arcade Fire está más que recomendado.



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