sábado, 24 de mayo de 2014

Correr

Mientras corro por el estadio, a pesar de poner 'Just like heaven' de The Cure a todo chancho, igual me paso el rollo de que alguien viene corriendo atrás. No sé porqué se me pegó el clásico, lo repetí tantas veces y no me podía aburrir de empezar los cuantos kilómetros que recorremos con la misma, de forma casi rutinaria.

Hacía tiempo que no me despertaba tan mareada, la verdad, me dio vueltas la pieza un rato y después pude poner un pie firme sin perder el equilibrio. La edad, la edad vieja que tengo metida en la cabeza. Nada que hacer. Después de tantas semanas en todo lo que es la paz ambiental, en todo lo que es el silencio, en todo lo que es olvidarse de la inmensa diversidad que conlleva enfrentar a la capital, ayer me sentía un ente en el metro. Cuando uno para, ahí recién te cae la teja de lo apurados que andamos, de lo mala onda que somos, de lo amargados que nos vemos y de cómo eso le da un matiz acelerado a todo, siendo capaces de obviar todo eso en un ritmo reverberante.
Es como una señal para tomarse vacaciones de uno mismo y mandarse cambiar con un buen soundtrack.
Uno tan bueno como el que podría otorgar el gran Robert Allen Zimmerman, dinámico, asimétrico y concordante. Cualquier paisaje puede encajar en una canción de Bob Dylan y cualquier situación en una de sus palabras. Sí es seco, me acuerdo cuando lo vi hace un par de años, cuando a lo lejos, cantaba 'Leopard-Skin Pill-Box Hat' dando inicio a uno de los conciertos en que no pude despegarme del escenario, en que me di cuenta que debería haber estado un poco más adelante, en que la edad del genio no era relevante y que a pesar de las críticas acerca de lo cansado o demacrado que se podía ver, sigue siendo un grande. Sigue con la esencia de cada uno de sus diferentes temas como excursión en más de un estilo de música, en más de un matiz, darle una sola interpretación a Bob es ser intolerante. Razones entre tantas para no obviar que hoy está de cumpleaños. Que grande Bob.

Dentro de todo, quería agregar mi último episodio traumático. Pinchar la rueda del auto, pinchar y echarse la llanta, pinchar y no tener idea de dónde se esconde la 'gata'. Debe ser lo mismo cuando a alguien se le corta la cuerda de la guitarra.
¿A quién iba a culpar? Ah sí, a Swim Deep. A estos ingleses que sonaban mientras todo esto tomaba lugar. Coreaba 'King City' mientras tomaba la curva fatal. La verdad, la canción supo amortiguar un poco de trauma. Así como muy conocidos, no son, pero sí o sí son para tenerlos en cuenta al momento de hacer el próximo playlist, para tener ese backup cuando pasen momentos difíciles como perder a un integrante importante, al neumático.

Como conclusión de todo, así para agregar un 'broche de oro', me queda dando vueltas un tema poco actual, pero igualmente bueno. Se me metió en la cabeza con todo 'Jerome' de Lykke Li, sí sé que tiene material nuevo y muy bueno (digno de ella), pero por alguna razón la canté toda la semana, la puse al empezar todos los viajes que hice. Desperté a las 3 AM congelada y seguía con la canción ahí dando vueltas. Un clásico de la sueca, siempre la hace, me tiene semanas pegada con alguno de sus temas. Debería ser un must de los próximos festivales o conciertos en Chile.

Eso, ya me está molestando la espalda de tanto estar sentada.