miércoles, 16 de octubre de 2013

LIP

Quiero todo, toda la ropa, todas las pulseras, todos los aros, todo. Últimamente la privación de tiempo libre ha hecho que olvide mi antigua obsesión por adquirir cosas nuevas. Ha sido terapéutico la verdad.
Bueno, en términos concretos, de obsesión tiene nada, es algo más impulsivo/compulsivo. Pero ha remitido, tengo que reconocer que se ha ido centrando en otras cosas, como pensar en sobrevivir horas interminables sin dormir y qué modelo de lentes podría tener para no seguir viendome tan nerd/intento de vintage. Mientras hago click sobre el "play", mi vecino vertical aspira un estupefaciente que ayer, mientras me deleitaba con una impecable selección de Jane's Addiction, abundaba. Tremenda performance, estaba tan cansada que no podía ni levantar los brazos para ser parte de la masa, pero lo asimilé a concho. A pesar del descoordinado baile de Farrell y la pintacha de Navarro, me quedé ahí atónita agregando de a poco esos acordes a mi ADN. Si Jane lo dice..
Qué va, me acaban de comunicar que dejé de contar con tribu para la salida planeada de hoy. Hace unas semanas partimos a ver a José Gil y Los Absurdos al Onaciú. Había escuchado uno que otro tema, no sabía a qué atenerme y, honestamente, estuvo buenísimo. Con una mezcla proporcionada de blues, rock y un poco de funk infiltrado, lo pasamos del uno. La repetición del plato era hoy y se me bajó la tripulación del barco. Así que queda entre los recomendados este 'Disco Absurdo' para que se vaya a dar una vuelta en alguna de sus presentaciones santiaguinas, si es que anda por Santiago claramente.

Mientras le echo una mirada a mi futura corona de flores a lo Lana del Rey, escucho, en bajos tonos, 'Here with me' de Robot Koch. Por un momento me vino un flashback de Dido, tienen un aire parecido. La letra deprimente con un beat cautivador, en tonos paralelos. A pesar de la poca motilidad de la canción, es intrigante. Tanto que tuve que escucharla varias veces y aún así no supe qué era lo que me llenaba.

Cambiando un poco el panorama de este miércoles por la noche, reviso el recuento de veces que he escuchado 'Don't forget who you are' del Miles Kane. Para qué me engaño, al principio juré de guata que se trataba de Richard Ashcroft. Hasta que le puse oreja a este hit mundial, matador, acaso habría alguien que se resistiría a subir el volumen a todo chancho y bajar los vidrios justo a esa hora del taco. 'Bicho raro'. Pero por lo menos espero con buena música compadre. A grandes rasgos, el disco de este flacuchento english man es un trabajo destacable. En una línea, armónico, con ese sonido que hace tiempo había perdido, bien identificado con The Verve a ratos. Para darse una vuelta.

Como van las cosas, me predispongo a dormir. Dormir, que raro. Me di cuenta que pasaba por el momento en que los pensamientos están metidos en un vórtex, una vorágine, imposible parar. Empiezas a cerrar los ojos y ¡paf! una nueva idea para cambiar el mundo, y salgamos, y vamos para allá y para acá. Esta vida moderna tiene ese imparable consumo. Y nuevamente un giro en el ritmo de este post. Nos vamos al indie/folk/country de Streets of Laredo. Por un momento me recordaron a Edward Sharpe & The Magnetic Zeros, pero prontito fui a dar con su sello. Me quedé escuchando 'Vol I'en mi cataplejia post insomnio involuntario y me sumí en la buena onda de estos americanos. No, no se trata de unos Mumford & Sons así más under, se trata de un sonido más llenador, más redondo y menos mamón. Me quedo con Streets of Laredo y nada más que decir. Póngale play al disco, está for free.

Siento que mis visiones y opiniones están lentamente perdiendo objetividad debido a las tantas horas de pie que he acumulado esta semana, me falta un punch de sangre en los sesos para recordar con sentido y pensar con serenidad. Queda aún por acostumbrarse.

Me voy con el último pensamiento de Oberhofer: L.I.P (live in peace). Inteligente, acotado y empático. Hágalo por usted y los demás le agradecerán.

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