domingo, 23 de agosto de 2015

Grand Salvo.

El otro día, mientras leía no sé qué, me puse a escuchar una de estas listas con nombres extravagantes de Spotify y mientras buscaba el "similar" de no me acuerdo quién, di con Grand Salvo. Bastante conceptual, armónico y con límites sencillos. De repente con toques de Death Cab for Cutie o de Iron & Wine.
Escuché así "Needles" de Soil Creatures y se pasó, no sé si era porque el día estaba muy gris y con lluvia o si es que mi estado de ánimo necesitaba ese acompañamiento, pero ahí estaba. Con un tono de voz con las variantes necesarias para no quedar catalogado como monotonía exclusiva y una guitarra simple que se deja entrever como su sello.

Y de ahí me fui encontrando con bastantes sorpresas, un poco antiguas, considerando que el albúm anterior es del 2009. Caí en "The Temporal Wheel" del 2005 y este tipo es un visionario, 10 años después clac! Aparece en el momento perfecto, una tónica un poco indie, un poco tranquila. Ahí me preguntaba porqué no me había topado antes con él y hoy, que es un día tan lindo (no climáticamente hablando), me acompaña durante lo que queda de tarde.

La verdad es que se me hace mega recomendable, sobre todo para una tarde/noche de domingo. Con un universo de canciones por explorar, todavía no me cabe porqué Grand Salvo estuvo fuera de mi biblioteca musical. Afuera los bichos solo quieren entrar a mi casa, estoy segura que es por la música. Hay mucho para soñar, me voy a dormir.

domingo, 2 de agosto de 2015

Y llueve.

Siento que este 2015 ha sido un año transitorio, no sé si es porque tengo la mala costumbre de pensar que donde estoy no va a durar más de unos meses o años. Desde que era chica y nos cambiábamos constantemente, adopté ese sentimiento como lo más normal.
Sé que tengo que arreglar y empezar a hacer muchas cosas, pero después digo "Ah, para qué si ya me voy a largar de aquí".
Ahora sí, aprendí lo que era estar sola y pensar que estas en constante cambio. Antes no paraba, antes con suerte tenía que pensar en las cosas que haría, ahora todo es uno. Pagar el agua, sacar la basura, pretender que cocino, abrir las ventanas y cerrarlas bien antes de salir, prender la estufa y lavar la ropa, ¡Limpiar!. No pensaba que era tanto trabajo hasta que lo hice.
No he estado muy atenta de la escena musical, pero me di una vuelta este fin de semana y me encontré con Blitzen Trapper, una banda gringa que se matiza con un tono folk, country alternativo y medio pop. O por lo menos así calificaría lo que he escuchado de ellos. Llegué por "The tree", una canción del albúm Destroyer of the Void, con la colaboración de Alela Diane. Y la verdad, como que le dio en el blanco con mi color del fin de semana. Por alguna razón siento que estoy en un gap, como reflexionando y viendo como decantan las cosas, meditando y analizando qué está pasando. Momento que además va de la mano con mucha nostalgia por cosas que dejé o dejaré de ver, vivir, pensar, etc.

Por otro lado, me dio por Pink Floyd. Así de simple y gracias a una recomendación digna de mencionar. Bueno, en general al levantarme estoy sola y no hay ruido (porque aquí en el campo, la bulla humana empieza después de las 8 AM o cuando empieza a aparecer el poco sol de invierno). Entonces prendo Spotify y voy a los favoritos, tengo que admitir que no era la más conocedora de estos ingleses… Pero algo pasó, empiezo con mi secuencia yogui y pongo Meddle, y luego voy alternando. Así empiezo con lo necesario para no dejarme consumir por el día algo rutinario que le sigue al desayuno. Me dio precisamente con "Fearless", ¿Soy yo no más o es una canción muy cuática? Sin desmerecer a las demás, marqué la que me marcó.

Ya, no se me vienen más conceptos musicales a la cabeza, afuera la cosa como que ya no da más entre la neblina y la lluvia inminente. No ha parado en todo el fin de semana, bueno… Será porque así es el sur, Right? Sabía que tenía que elegir el norte… Uno no siempre hace lo que tiene pensado.

jueves, 23 de abril de 2015

Roo Panes.

Ya sí sé que es un poco precoz pero no pude aguantar escribir de nuevo.
Parece que cuando uno está solo quiere pensar, hablar más y comunicar más cosas que quizás son menos relevantes.
Pero después te das cuenta de que tienes que optimizar esa comunicación y paf! Se acaba lo innecesario.
Estos días han estado movidos.
Muchas cosas.
Entre todo, caí por un fortuito accidente, con el perfil de Roo Panes.
Gracias a Alá, Buddha, Dios, a Inglaterra y a Spotify por dejarme dar con el.
Me adentré en el estilo folk de este inglés, un poco primaveral pero al mismo tiempo cayendo en sonidos otoñales.
No he parado de escuchar "Little Giant", su disco nuevo. Tanto así que me da vueltas y vueltas la precisión de su creación, "Know me well" se guarda en los tiempos, deja la quietud expectante y avanza en la medida que se entiende la intención.

Que poco crítica pero, me encanta su voz. Contrasta con el tono de su base.
Tengo que decir que continuar el orden los tracks es obligatorio, no voy a ir uno por uno. Así es como quiero rescatar el aparentemente hit de su disco "Tiger Striped Sky", siguiendo el acento indie folk con el que manifiesta esta creación.

Me salto a "Home From Home", quiero pensar que es sencillo quien está detrás de estas notas, de estos armazones. Y ahora que estoy lejos, me llegó a tiempo esta canción.
Hoy me preguntaron si me sentía sola a veces… Y la verdad me he preocupado de tomar el tiempo necesario que requiere aprender a estar sola. A escuchar el silencio, paradojal, pero es tan distinto llegar y no saludar a alguien (siendo que hubo un momento en que odié esa parte de la rutina). Todo ha sido bien procesado y me he preocupado de vivirlo, trayendo de antes lo necesario.

Y terminando, con algo muy acorde al escenario nacional y la erupción del Calbuco, el disco finaliza con "Ran before the storm". Bueeno, si hilamos fino no va textual, pero el indicio del título puede personificar alguna situación que coincida casualmente con lo que está ocurriendo.

Dentro de su indie folk con timbres de country en ocasiones, tengo que decir que estoy tremendamente agradada con mi descubrimiento de la semana, con Andrew Panes, más conocido como Roo Panes.
Sin duda un must.

martes, 21 de abril de 2015

East of Eden

Hace 3 semanas que vivo "sola".
Hace esa cantidad de tiempo me fui de la casa, dejé mi pieza… Llena de cajas.
Ahora me levanto en la mañana y si no es por la alarma del teléfono, mi trabajo correría peligro.
Que loco.
Estos días se me anduvo pegando el proyecto de la Victoria Bergsman (De The Concretes), Taken By Trees.
Antes la conocía por "My boys", una canción que en no sé qué medio empezó a pegar y di con ella. Tiene lo que llena la línea del disco "East of Eden", que fuera de lo cautivante del nombre (que hasta donde sé coincide con el de un libro), me ha acompañado en varios paseos y mientras practico yoga, necesaria.

Sé que lo de solista no tiene mucho que ver con su bandita y eso me gusta.
Ese plan un poco más meditativo, un poco más oriental de su disco "East of Eden". Gracias a mi Spotify lo tengo a la mano, como básico en los reproducidos recientes. La verdad es que "Watch the waves" hoy se me quedó después de la práctica. Se me quedó hace semanas pero hoy no la podía dejar de tener presente, con ese tono de voz suave y necesario, donde la tonalidad no sube pero sí baja dentro de lo armónica que puede ser una composición con influencias evidentes.

Después me salto a su EP "Open Field" y me quedo con el primer track "Tell me". Sacando nuevamente la voz de Victoria, con la percusión presente y definitoria, con acordes que saben como remarcar la importancia de la composición y letras acordes al sonido. Más flores no podía tirarle, pero de que es buena, es.

Hacía rato que no escribía, me acuesto súper temprano ahora.
Está agradable y correcto escuchar Taken By Trees, sobre todo el East of Eden. Yo creo que es necesario darse un tiempo para salir del occidente puro y darle un timbre oriental.

domingo, 8 de marzo de 2015

Vas.

Ir.
Es tan fácil escribir unas letras que arman palabras tan duales.
Ir y ¿Qué más?
Hace unos meses tomé una decisión, que de decisión sólo tenía los kilómetros que me iban a separar de donde me siento actualmente a escribir.
Si es bueno o malo, ni el Dalai Lama lo sabe. Pero de que es, es.
Cambiar. Me cambie tantas veces de casa hace años y ahora es tanta la diferencia. Me cambio, me cambio a llegar a cocinar, me cambio a llegar a hablar con el televisor, me cambio.
Dentro de todo, más que miedo, siento un poco de angustia. Empezar a echar de menos sin necesidad de estar lejos.
Me he cuestionado absolutamente todo en estos días, además de sobre interpretar todo (como de costumbre) pero con una connotación de distancia, que no hace si no empeorar el resultado.
Soy tan tincá… La lata es que al final esas "tincás" terminan siendo verdad. Es como un "presentimiento" de que no estamos remando para el mismo lado y en cualquier momento se nos da vuelta el bote.
Me ha dado por escuchar, en todo este asunto, a The Tallest Man on Earth y su apuesta folk. De repente me hace pensar en Bob Dylan, pero no, este sueco se apoderó de su sonido, difícil de confundir. Encuentro que tiene un sello fuerte, una voz que cuando la escuchas te das cuenta que faltaba en lo que suena todos los días. Mi favorita lejos es "The Gardener" del Shallow Grave. Aunque en lo que va de la semana (que está terminando) me he repetido el plato con "Where do my bluebird fly", así como para no espantar a la nostalgia del panorama.

No es mucho lo que pude escuchar desde que me eché el iPod. Brutalmente destruido al caer.
Tuve serios impulsos por escuchar a los clásicos, como Electric Light Orchestra y "Telephone Line" o "Mr. Blue Sky". Necesité que se convirtieran en el soundtrack de paisajes silenciosos y llenos de cosas que uno cree que no tienen cabida en el espacio.

Antes tenía más miedo de equivocarme y de que se me olvidara algo importante. Ahora tengo más miedo de que pase algo o más bien pase nada, que no tenga espacio para equivocarme u olvidar el nombre que tenía que decir.
Tratar de alivianar las predisposiciones a veces puede ser peor.
Saco un par de cuentas y veo que me dejé llevar por las ganas de no romper la comodidad. Pero en una de esas hay que hacerlo y ver que lo que uno pensaba que era lo mejor, lo correcto, lo máximo, al final no hacía más que quitarnos las intenciones de dudar y tener que ver en tiempo-espacio cómo son y qué pasa con las cosas.
Muchos sentimientos encontrados, emociones que se me están haciendo inevitablemente evidentes e ideas que no quiero exteriorizar porque reflejan caminos divergentes a lo que uno espera.

Es marzo, tan incierto como tomarse una piscola con un completo desconocido.